Dicen que lo bueno viene en frascos pequeños, y este dicho le va como anillo al dedo a Yerba. Puede que sea pequeña, pero lo que le falta en tamaño lo compensa con sus maravillosas vistas y su arraigada cultura. Las hermosas calles empedradas de Yerba albergan todo lo que puedes esperar de Túnez, desde edificios encalados, callejuelas estrechas y sinuosas llenas de tiendas de baratijas, hasta zocos interminables que ofrecen un buen café expreso para relajarte y sumergirte en todo lo que te rodea.
El principal atractivo de Yerba es su famosa franja de playa, que tiene todo lo que cabe esperar de la costa tunecina. La arena es fina y suave, el mar es cristalino y el sol siempre brilla. Alrededor de la orilla hay numerosos restaurantes costeros que sirven el marisco más fresco, asado a la perfección, y suculentas carnes a la parrilla, así como un buen café tunecino y los mejores hojaldres en repostería.
Al anochecer, es hora de disfrutar de la vida local y adoptar las costumbres de los tunecinos. En Yerba no faltan los locales tradicionales donde la cachimba y el té de menta destacan en la carta. Además, se puede elegir entre numerosos restaurantes de primera categoría, todos ellos con deliciosos platos locales y dulces caseros. Y para terminar la velada, música en directo y baile para poner punto final a un largo día en la encantadora Yerba.