La ciudad es famosa por su gran número de monumentos bizantinos, su arquitectura otomana y judía así como por su fantástica vida nocturna. En la zona más cercana al aeropuerto de Tesalónica, se encuentran restaurantes pintorescos, tabernas acogedoras, bares de diseño y locales nocturnos animados y modernos. Quienes visiten la ciudad no pueden perderse la Bougatsa, una empanada rellena de crema, queso o carne, de venta en todas las panaderías de la ciudad.
Tesalónica fue fundada aproximadamente en el 315 a.C. por Casandro, rey de Macedonia, y recibió el nombre por su esposa Tesalónica. La ciudad creció rápidamente y pasó a ser una ciudad amurallada con parlamento propio (como todas las demás ciudades contemporáneas griegas) ya en el siglo II a. C. Tras la caída del reino de Macedonia, la ciudad pasó a formar parte del Imperio Romano y se convirtió en un núcleo de conexión muy importante en la ruta comercial entre Europa y Asia. Por su situación, los Romanos construyeron un gran puerto comercial que se utilizó hasta el siglo XVIII, cuando se obstruyó con sedimentos y se construyó un nuevo puerto encima. Los restos del antiguo puerto todavía se pueden apreciar debajo de la calle Odos Frangon, cerca de la iglesia católica. También se pueden visitar otros restos significativos de la época romana (como el arco y la tumba de Galerio), cerca del centro de la Tesalónica moderna.
Cuando la ciudad cayó en manos del Imperio Bizantino, pasó a ser la segunda ciudad más importante, sólo por detrás de Constantinopla. Tesalónica prosperó y se expandió enormemente, hecho que se puede comprobar hoy en día por la gran cantidad de iglesias bizantinas y edificios académicos.
Bajo el dominio otomano, la ciudad recibió una fuerte influencia de los colonos musulmanes y judíos. Creció hasta convertirse en uno de los centros comerciales más importante de los Balcanes, especialmente a finales del siglo XIX, cuando se construyeron las líneas de ferrocarril y el puerto modernos. Los restos arquitectónicos del período otomano se encuentran principalmente en el “Ano Poli” (en la parte alta de la ciudad), donde se aprecian las únicas casas tradicionales de madera y las fuentes que sobrevivieron al gran incendio de agosto de 1917. En el centro de la ciudad, todavía se conservan bastantes mezquitas de piedra, entre las cuales cabe destacar “Hamza-Bey Camii” en Egnatia (actualmente en restauración), “Alatza Imaret Camii” en la calle Kassandrou, “Bezesteni” en la calle Venizelou y “Yahoudi Hamah” en la calle Odos Frangon.
Actualmente Tesalónica es uno de los centros universitarios más importantes del sureste de Europa con una vida nocturna muy animada y con una población estudiantil amplia y movida. Dispone de unas conexiones de transporte magníficas con los destinos turísticos más populares de la región central de Macedonia (también conocida como península de los Balcanes), Halkidiki y Pieria.