Las décadas de dominio francés en Marruecos han dejado una fuerte huella, palpable en las infraestructuras y la gastronomía. El árabe es el idioma principal de Marruecos pero el francés se usa ampliamente y, por lo tanto, resulta más fácil viajar por este país que por muchos otros países árabes. Los habitantes de Fez son increíblemente amables y hospitalarios y les encanta hablar con los visitantes con orgullo sobre su ciudad. Si entabla conversación con un local durante un cierto tiempo, esté preparado para ser invitado a su casa para tomar el té. Se trata de un ofrecimiento genuino e inocente, así que no se prive de ello, es una gran oportunidad para conocer la gente y la manera de vivir de este lugar.
Cosas que ver y que hacer La Mellah: el barrio judío de Fez, datado del siglo XIV, que actualmente cuenta con 160.000 habitantes repartidos por sus 9.500 calles. En él encontrará varios emplazamientos del patrimonio judío que merece la pena visitar. Debido al laberinto de calles, es recomendable visitar el mellah con un guía oficial.
Museo Dar Batha: situado en un palacio de estilo morisco de un siglo de antigüedad, este museo alberga una colección única de artes y oficios tradicionales de Marruecos.
Hammam Mernessi: hay numerosos hammams en la medina. Éste está muy bien situado y acepta gratamente la visita de turistas, de modo que los extranjeros no se sentirán extraños. Los hombres y las mujeres deben entrar por separado.
Fez dispone de un panorama culinario magnífico, con una oferta gastronómica marroquí muy amplia rodeada de restaurantes chic de inspiración europea, principalmente francesa. Gracias al clima templado, muchos restaurantes disponen de jardines o patios exteriores, que añaden un componente encantador a la experiencia.