Durante la Segunda Guerra Mundial, el puerto fue sometido a un bombardeo constante para impedir que los alemanes lo utilizaran como base para sus submarinos.
Los bretones están muy orgullosos de su dilatada historia marítima, motivo por el cual, cada cuatro años, celebran un encuentro de grandes veleros. Los grandes veleros son barcos tradicionales de grandes dimensiones, como por ejemplo los clípers del té del siglo XIX, pero este término se utiliza generalmente para referirse a cualquier barco tradicional o réplica. Cuando llega el momento, miles de barcos tradicionales de todo el mundo se dirigen a la Bahía de Brest.
Como cabía esperar, el marisco es la estrella del menú de los restaurantes de Brest, aunque la delicia más famosa de Bretaña es la crêpe bretona.