La lista de visitas obligadas en Salerno debe comenzar con su impresionante marco natural. Los paisajes montañosos dominan la ciudad, mientras que su caprichoso enclave en la colina es perfecto para salir de exploración y hacerse fotos dignas de Instagram. Abajo, la bonita ciudad portuaria está repleta de concurridos bares y restaurantes que sirven la mejor cocina italiana con impresionantes vistas al mar.
Visualmente, recorrer Salerno es como adentrarse en un libro de historia en primera persona. La Catedral de Salerno, que data de la época romana, es la estrella del espectáculo, con sus detalles bizantinos, su cripta barroca y su altar de mármol. También está el Jardín de Minerva, donde se cultiva todo tipo de plantas exóticas desde el siglo XIV. Y si buscas las mejores vistas de todo Salerno, dirígete al Castillo de Arechi, que se alza trescientos metros sobre el nivel del mar y tiene unas vistas panorámicas de ensueño.
No importa qué te haya traído a Salerno, porque esta impresionante ciudad tiene tantas atracciones, ecos y cultura que querrás volver a por más.