Por qué ir a Jerez de la Frontera
En esta ciudad, donde la vida se alimenta de jerez y tapas a ritmo de flamenco, podrás disfrutar del típico maridaje gastronómico: ese arte de encontrar el vino perfecto para cada plato. El flamenco brilla cada año en su festival anual, pero también lo podrás disfrutar en peñas, tabancos (antiguas tabernas donde también se vendía vino) y en cualquier plaza a altas horas de la noche. Sus callejuelas adoquinadas, plazas e iglesias barrocas hacen que recorrer esta ciudad española resulte muy interesante. Además, está llena de rincones perfectos para subir a Instagram. Jerez es famosa por tres cosas: flamenco, jerez y caballos; por ello, ningún viaje podrá considerarse completo sin una parada en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre. Allí podrás contemplar a los famosos caballos andaluces entrenándose para sus espectáculos de danza conocidos a nivel mundial y observar sus cabriolas en el perímetro del albero. Hay también un museo anejo donde se exhibe equipamiento ecuestre centenario. Quizá pienses en el jerez como una botella llena de polvo que tu abuela esconde en la despensa; sin embargo, en Jerez, esta bebida goza de una inmejorable reputación. El jerez procede de un sitio muy concreto… ¡exacto!: del triángulo del jerez, ubicado entre las localidades andaluzas de Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María. Los vecinos de Jerez, una ciudad en la que encontrarás jerez en prácticamente cualquier bar con el que te tropieces, acuden a las bodegas a llenar sus botellas por unos pocos euros. ¿A qué estás esperando? Prepárate para pasar unos días estupendos y vete taconeando hasta Jerez.