La Semana Santa es una festividad religiosa que se celebra durante la semana anterior al domingo de Pascua y que tiene una importancia especial en esta ciudad. Sus impresionantes procesiones atraen a multitud de residentes y turistas que no quieren perderse la atmósfera mágica que envuelve a la ciudad por esas fechas.
Otro festival espectacular de Sevilla es la Feria de Abril. Esta festividad, que también se extiende a lo largo de siete días, se celebra dos semanas después de Semana Santa y atrae a enormes masas de visitantes a la ciudad. Durante el día, las calles rebosan puestos callejeros y, por la noche, los puestos con toldos de rayas coloridas sirven comida y bebida, y ofrecen espectáculos de mujeres ataviadas en los tradicionales vestidos flamencos.
Sevilla disfruta de un clima mediterráneo, lo que significa que sus inviernos son generalmente suaves y sus veranos abrasadores. Durante el día, puedes visitar el Museo de Bellas Artes para escapar del calor y ver, de primera mano, las exquisitas obras maestras de Murillo, Velázquez y Martínez. Y si el día es soleado, no olvides visitar la torre de la Giralda, en el corazón de la catedral, para disfrutar de una vista magnífica de la ciudad.
Por la noche, dirígete a un bar para probar las tapas, pequeños platos típicos de las provincias de los alrededores que ayudan a crear una velada perfecta y repleta de interactividad social. Pescado frito o a la parrilla, variedades de carne con salsa, jamón andaluz, verduras, lentejas, quesos y ensaladas son algunas de las tapas que se pueden degustar. Pero si quieres mezclarte con los locales, ¡no vayas antes de las 23:30!