¿Por qué ir a Limoges?
Esta pequeña y transitable ciudad francesa combina un encanto medieval rústico, una rica herencia artesanal y una audaz historia de tradición. En Limoges abundan las joyas arquitectónicas, desde la catedral gótica St-Étienne de Limoges (que tardó seis siglos en completarse), hasta la romántica mezcolanza vernácula con entramado de madera de la Rue de la Boucherie, y la extremadamente romántica Gare de Limoges-Bénédictins en estilo art déco.